Somos lo que hacemos
En la escuela nos enseñan que nuestra Revolución fue el levantamiento armado para derrocar al Dictador Porfirio Díaz que había permanecido en la presidencia por 33 años; es esta una visión simplista y por ende muy corta de lo que realmente sucedió durante el movimiento armado, movimiento por cierto, no tuvo un carácter nacional y fue básicamente el enfrentamiento entre diferentes grupos de militares, la gran mayoría no de carrera, sino civiles convertidos en ello, en una lucha por hacerse del poder.
Muy poco pasó en el país el 20 de noviembre de 1910, no fue sino hasta después de las jornadas encabezadas por los hermanos Aquiles Serdán en Puebla y de algunos escarceos entre el ejército y pequeños grupos armados en el norte, que en mayo de 1911 Porfirio Díaz decidió renunciar, el día 31 de ese mes el General se embarcó en el Ipiranga para nunca más volver a nuestro país, esto sucedió tan sólo 6 meses después del inicio del movimiento armado. Entonces, si el objetivo de la revolución era deponer al General Díaz, ¿Por qué los enfrentamientos registrados durante la década siguiente?
Francisco I. Madero ganó abrumadoramente las elecciones y tomó posesión como presidente el 6 de noviembre de 1911; tan sólo 20 días después fue acusado de traición por no haber repartido tierras por uno de nuestros héroes favoritos, quien por cierto no era pobre ya que era un pequeño propietario de tierras, gustaba de los caballos finos y del coñac francés, su nombre fue Emiliano Zapata, acusó a Madero a través de la promulgación del Plan de Ayutla.
Los movimientos armados con carácter libertador procuran el rompimiento de paradigmas, la Revolución Mexicana no fue la excepción; lo hizo al amparo de: “Sufragio Efectivo No Reelección” y “La Tierra es de Quien la Trabaja” resumiendo dos de los más grandes postulados que durante años han justificado su naturaleza.
Hubo muchas revoluciones, la que hizo Zapata no fue la misma que hizo Madero y la que encabezó Villa fue diferentemente motivada a la que enarboló Carranza o el grupo de sonorenses lidereado por el General Álvaro Obregón. El movimiento armado dirigido por Madero triunfó fácilmente, lo demás fueron motivados por los intereses particulares de algunos y la simple avaricia de muchos por hacerse del poder. Finalmente fue el grupo militar lidereado por los sonorenses el considerado como vencedor de la suma de gestas que conforman lo que hoy conocemos como nuestra Revolución, no con ello las intrigas y los ajustes de cuentas que durante los años veinte marcaron la vida política nacional hasta el asesinato del General Obregón en 1928, por cierto en aquellos días ante la pregunta de quién lo había mandado matar, la respuesta era: cállese y pórtese bien, en una clara alusión a Calles y Portes Gil; para dar con ello paso al periodo conocido como Maximato, en el cual bajo el dominio de Calles la nueva clase política se institucionalizó a través de la creación del PNR, logrando con ello dar fin a la violencia surgida por la lucha armada.
En estos días una recomendación, El Águila y la Serpiente de Martín Luis Guzmán, novela imperdible para entender la cruel lucha en el poder so pretexto de consumar nuestra revolución. Hagamos con nuestro voto una verdadera revolución en el 2024. #MiVotoNoSeToca muestra de ello. #MiVotoNoSeToca
*El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.